Dentro del Programa de Hábitos de Vida Saludable que desarrollamos en nuestro centro, se incorpora una iniciativa más además del plan de consumo de frutas y verduras, que consiste en el consumo de leche y otros productos lácteos para que el alumnado se habitúe a su consumo.
La leche es importante en la alimentación infantojuvenil, pero además hay que tomar otros alimentos variados incluidos en la dieta mediterránea. Hay que evitar los lácteos industriales con azúcares, grasas u otros aditivos añadidos.
La leche, el yogur y el queso fresco son elementos importantes de una dieta saludable. Aportan proteínas, vitaminas y minerales como el calcio, entre otros nutrientes, que contribuyen adecuadamente al desarrollo de los huesos y por lo tanto, al crecimiento de niños y niñas.
Los lácteos, que son ricos en calcio, hacen muy buena pareja con el ejercicio físico al aire libre. El calcio se fija mejor en los huesos al hacer actividad física, como jugar y correr en el parque, y con el sol, que ayuda a sintetizar la vitamina D.
En los próximos días, informaremos a través de IPasen del inicio del consumo de este producto, de forma voluntaria y como complemento a los desayunos.